El lugar que escogí es la playa Cavancha. En el fondo de la imagen podemos divisar edificios de variados tamaños y colores, la mayoría de ellos rodeados por el tranquilo y azulado mar, en donde se encuentra uno que otro bote o barco. En un segundo plano, en el sector izquierdo de la imagen, se encuentra una larga acera, constituida por diferentes diseños de cerámica: una de pequeños cuadrados grises, otra de rectángulos burdeos y, la última, de grandes cuadros de un blanco algo opaco y sucio.
En el centro de la imagen se observan espacios verdes formados por pasto algo seco y altas palmeras, los que están situados a lo largo de la acera. Estos espacios están separados por una pequeña calzada gris horizontal, la que lleva a un camino hecho de madera algo curvado, que sigue el mismo rumbo de la acera.
Moviéndonos hacia el sector derecho de la imagen, podemos ver la playa de fina y blanca arena, con áreas de ella mojadas por el oleaje. Se pueden advertir tres basureros azules de no más de un metro de alto y cuatro personas caminando por la orilla de ésta. Llegando al primer plano de nuestra imagen, se muestran palmeras de tronco color gris y café, y en sus copas grandes hojas de puntiaguda terminación. En general se divisa un ambiente cálido y amigable, ideal para un paseo tranquilo o una relajada tarde de lectura y descanso a la orilla del mar.
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